lunes, agosto 03, 2009

II.- El Paño De Lágrimas Ajenas

Por fin el taxi se detuvo justo enfrente de la entrada del edificio donde rentaba un bello penthouse, con un precio no tan bello, tal vez para mi casero si era un precio muy bello. En fin, baje del taxi y entre al edificio, es un lindo edificio recién construido que se ubica enfrente de la alameda a unas cuadras del palacio de bellas artes. Lo mas extraño del asunto es que siempre le he tenido miedo a las alturas y aun así siempre he vivido en departamentos. Mateo y yo vivíamos en un más lujoso penthouse ubicado muy al sur de la ciudad, en una torre muy conocida que su nombre alude a un metal que tiene como número atómico el 78. Una adquisición de Mateo, que en realidad aborrecía, pero aun así, le dedicamos un par de meses antes de casarnos, para decorarlo. ¡Bueno! ‘le dedicamos’ es un eufemismo, ya que yo lo hice, visite mueblerías, diseñadores, hice bocetos de mis ideas, etc. Y Mateo solo puso el dinero. Pero después de la separación me ofreció el departamento por una ‘modica cantidad’, que recuerdo que propasaba los siete ceros, después de la primera cifra de dos números, lo rechace y así salio al mercado, me entere que un canadiense lo pago, después de que lo visito se enamoro de el y en seguida agrego otro cero a la cantidad y firmo el contrato. Pidió que se felicitara a los antiguos dueños por tan ‘exquisito y contemporáneo’ diseño. Sonreí al recordar la tan poco original frase del sujeto canadiense, en ese momento se abrió la puerta del elevador y justo frente a mi estaba Alex. Desapareció mi sonrisa y puse la mirada en blanco fingí una sonrisa y me acerque a él:

— ¿Alex?
— Que bueno que llegas Aramiz…— aborrecia escuchar mi nombre surgir de la boca de Alex, para mi escuchar aquello era como el pequeño taladrito del dentista, me provocaba una especie de ansiedad y repulsión, aun así hice lo posible por parecer afable... como siempre:
— ¿Qué pasa? ¿Todo está bien?
— Si… ¡claro!... ¡de maravilla!
Algo que aprendes, cuando conoces a tanta gente importante y refinada, es que cuando usan mas de dos palabras para asegurar que todo esta en orden usualmente es por que algo no esta bien. Invite a Alex a pasar, le ofrecí algo de beber y algo de comer esperando que, dada su anorexia, huyera al oír la palabra comida, pero no fue así, me acepto un café, en realidad no estaba de humor para soportar las quejas y pesares del nuevo novio de mi ex-marido, así que cuando le lleve el café le asegure que me acababa de reunir con Mateo para firmar el divorcio, me felicito y de pronto de la nada exploto en llanto:

— ¿Qué pasa Alex?
— Es… solo… que… — el pobre niño no podía hablar sin sollozar después de decir cada palabra — Mateo…— y de nuevo comenzó a llorar, tuve que quitar la azucarera de la mesa, por miedo a que fuera a derramar tantas lagrimas que la llenara, y yo aun sin ánimos de consolar al tipo por el que mi ex-marido me dejo.
— Ok. Tranquilízate y luego cuéntame con calma que pasa — puse mi mano sobre su hombro, y estrepitosamente me jalo hacia el, recargándose en mi hombro, llenando de fluidos nasales y oculares mi blazer de ocho mil pesos. Y así continúo por cerca de diez minutos, hasta que con gemidos y respiraciones entre-cortadas logro contarme que Mateo era un ‘patán’ por que no se atrevía a tomarlo de la mano mientras caminaban por alguna calle, o por que no lo besaba antes de entrar a las fiestas de etiqueta ni en las tiendas ropa.
Honestamente pensé que el niño se estaba ahogando en un vaso de agua, la verdad no he entendido que buscaba Mateo en él y viceversa, yo lo conocí muy bien y desde el primer mes supe que Mateo no era de los que besan en publico o te toma de la mano mientras caminas por la calle, incluso en el cine no lo hacia. Tal vez por eso me dejo por él, por que es tan inocente y yo tan independiente, tal vez a Mateo no le gustan los chicos independientes.
— Yo creo que si buscabas alguien que te tratara como una niña, o como una princesa te equivocaste de hombre, Mateo es así y dudo que cambie— exclame ofreciéndole una caja nueva de pañuelos desechables.
— Pero contigo era diferente… o sea, digo, publicaron su cursi boda en muchos periódicos y revistas…
— ¿Y crees que Mateo estuvo de acuerdo?... una semana antes de la boda, justo cuando le dije que habría tres reporteros, estuvo a punto de no casarse por no provocar un escándalo y más con su nuevo puesto… ¡Pobre Mateo!... parece que últimamente ya no sabe cuidarse…
— ¿entonces él no quería que nadie supiera que eran casados?
— no, el solía decirme que yo era su novio de la puerta del penthouse hacia dentro, que afuera solo era su ‘amigo’
— ¿y como podías vivir con eso?
— Era simple, el trabaja casi todo el tiempo, casi nunca salíamos por que los fines de semana estábamos muy cansados, o por que yo me tenia que quedar en la redacción todo el día o por que el tenia que trabajar en un nuevo proyecto o cualquier cosa…
— ¿Por qué deje a Gabriel?...
En ese momento una infinidad de palabras rondaron mi mente, entre las que se incluía zorra, baja novios, roba maridos, cualquiera, fácil, ‘popular’ (que como todos sabemos en la ‘prepa’ solo significa cualquiera de las anteriores) y un sin fin, que no mencionare, por que el editor general de una importante revista no puede rebajarse a tanto, y menos por un hombre.
— Yo te aconsejaría que no lo vieras como un error, mejor velo como una experiencia… yo creo que si te esfuerzas un poco tal vez Mateo lo entienda y se porte un poco más... ‘cariñoso’
— Entonces lo intentaré… empezando esta noche… en la cena de beneficencia — Alex parecía emocionado — ¡Gracias…! Me voy tengo que comprar algo para ponerme…— se levanto y me abrazo, yo estaba confundido — ¡uy! Gracias… te adoro…
Me limite a intentar corresponder el abrazo solo tocando levemente sus hombros
— creo que no me entendiste bien…
— Claro que te entendí bien… si el no me toma de la mano… yo lo haré… no creo que me rechace — dijo tomando su bolso y acercándose a la puerta — ¡bye!
— No… espera…— cerro la puerta de un golpe. Intente ayudar, pero en realidad le ira peor… pero ese no era asunto mío.

Tomé el control remoto y encendí el televisor, cambie los canales, nada que acaparaba mi atención, recorrí todos los canales y súbitamente me detuve en uno, en la televisión aparecían una serie de imágenes, en realidad era un comercial de cierta compañía de telefonía que resultaba ser patrocinadora de un evento muy importante: — ¡Mierda! — Pensé para mis adentros— los boletos del Circo son para hoy— eran las ocho de la noche y Gabriel estaba por llegar, la función era a las nueve de la noche. Corrí a mi recamara para acomodarme el cabello, ponerme un poco de perfume, al encontrarme con el espejo note las manchas en mi ‘blazer’, maldije una vez mas a Alex y rápido abrí las puertas de mi closet, justo en ese momento sonó el timbre, obviamente era Gabriel, y yo sin siquiera haberme lavado los dientes. Abrí la puerta y estaba ahí tan lindo como siempre con su ropa y cabello impecables, me beso y abrazó:

— ¿Estas listo?
— ¡no!... solo un minuto tengo que cambiarme el ‘blazer’
— ¿Por…?— pregunto juntando las cejas— ¡Ese esta perfecto!
— De hecho… ¡no!... tiene algunas manchas de lágrimas y mocos en el hombro derecho
— ¿y eso? ¡No me digas que lloro Mateo!
— ¡No! En realidad fue Alex… pero en fin larga historia… te cuento de camino… — dije adentrándome a mi closet sacando un par de zapatos negros, un cinturón y un abrigo del mismo color.
— ¡Si, por que el chofer nos espera!— exclamo Gabriel mientras apagaba el televisor.
Salí ajustando el cinturón, con el abrigo colgando del antebrazo y los zapatos en la mano, le ofrecí el abrigo a Gabriel para que lo sostuviera. Tome una pequeña cartera que pudiera contener sin problemas mi agenda, mi celular, mis cigarrera y un par de cosas más, cerré la puerta del departamento y mientras entrábamos al elevador yo me ocupaba en que mi zapato derecho entrara en mi pie, y lo mismo fue con el izquierdo.

Salimos del edificio y justo enfrente como siempre la ‘limusina’ de Gabriel nos esperaba, en realidad era una camioneta negra que nos llevaba a todos lados, honestamente a mi me parecía excelente que fuera una camioneta por que, en esta ciudad tan llena de ricos sin clase, cualquiera paseaba por la ciudad en una limusina negra, blanca o de cualquier color extraño que se le pudiese ocurrir al dueño, por ejemplo Alex, no es por ensañarme con él, posee una limusina rosa pastel, en la cual le encantaba llegar a todo evento que incluya alfombra roja y reporteros, por eso es tan asediado por los paparazzi, la única limusina rosa de la ciudad, en definitiva me quedo con las discretas camionetas negras. Como en la que en ese momento le iba contando a Gabriel como unos minutos antes Alex se había derretido en lágrimas ante mi comedor cuadrado de ocho sillas de diseño europeo y madera italiana.

No entramos en muchos detalles, después Gabriel de la nada saco una botella de vino espumoso, champagne, champaña o champán, como le quieran llamar para mi siempre será vino espumoso muy caro, tan ricos que son los lambruscos que por ser tintos y baratos casi nadie los aprecia, pero aun así son productos de la vid, pero dejare de lado mi monologo sobre los vinos para regresar en lo que estaba, Gabriel destapo la botella para festejar mi divorcio formal, bebimos un par de copas y llegamos a ‘La-Gran-Carpa-Santa-Fe’, un enorme lote baldío en lo más alto de la nueva zona más lujosa de la ciudad, donde cada temporada que el ‘cirque du soleil’ nos visita montan su espectacular carpa, están aquí un mes y después el lote regresa a ser baldío en lo mas alto de Santa Fe.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Frases Celebres!!